Nació como artilugio antiestres, pero se ha popularizado en el patio de los colegios, en los kioscos y los bazares españoles los venden por cerca de 4 euros. Empiezan a extenderse por el boca a boca, como lo hicieron los tamagotchis, las pulseras de gomitas y tantos otros artículos que, de la noche a la mañana, se convierten en la última moda infantil.

Las redes sociales están repletas de vídeos tutoriales con trucos. El juguete convertido en fenómeno de masas emergió como de la nada en los parques y recreos con la llegada de la primavera.
Y aunque la locura sea nueva, el artilugio en realidad fue inventado hace ya dos décadas para ayudar a personas que necesitan tocar o jugar con algo para aliviar la ansiedad, en lugar de comerse las uñas.
Pero, ¿ qué opinan en los colegios? su uso empieza a crear controversia, en algunos colegios los han prohibido, profesores señalan que los niños no están utilizando los spinners con la intención que fueron inventados.